Un hombre casado desea tener momentos de soltería
Es evidente y no es de extrañar que un hombre casado desea tener momentos de soltería en algún momento de su día a día, debido a que los quehaceres, las obligaciones siempre cansan y aburren, algo que no viven los solteros que al no tener que rendir cuentas sobre sus acciones, suelen salir cuando quieren, llegar tarde a su propia casa y lo mejor de todo es que logran ligar con guapas mujeres que les gusta el buen sexo, porque no se puede obviar el hecho de que vivimos en una época de libertades y que esas libertades ocasionan que las mujeres estén dispuestas a noches de romance sin mayores compromisos, lo que aprovechan los aventureros pero es lo que más envidian los casados que deben de soñar o imaginarse con otra mujer pues de lo contrario terminarían siendo infieles, algo que les da temor a muchos, porque no quieren perder su reputación ni su estatus, pero hay otros que si sucumben ante la tentación y se dejan llevar por la belleza de muchas chicas atrevidas que al final no les importa si son hombres casados.
Y no solo los chicos solteros pueden presumir de salidas con distintas féminas hermosas, sino que no tienen el estrés de una responsabilidad en casa, también pueden irse de vacaciones con sus amigos sin problemas o ir a fiestas comunes, tomar copas y llegar tarde si lo desean a su casa, que evidentemente los chicos casados al compartir una vida con una mujer, deben de dar razones de sus acciones en cada movimiento, y generalmente las mujeres tienen sus propias reglas, en la cual no dejan a sus maridos fuera de casa por muchas horas y tampoco permiten cierta clase de eventos en su propia casa, cosa que termina aburriendo a muchos.
Además de todo eso, el sexo entre las relaciones de tiempo se va volviendo mucho más monótono y rutinario, haciendo que muchos hombres desistan de ir a la cama, aunque por lo general son las mujeres las que inventan alguna excusa para no tener sexo, siendo algo malo para la relación, debido a que la sexualidad es tan importante como cualquier otro valor en una historia de amor y cuando faltan esas caricias es cuando se avecinan los engaños porque las necesidades tocan la puerta en algún momento y terminamos sucumbiendo en la calle, cuando se ofrecen momentos de pasión a discreción.